Fracturas Internas y Estrategias Divergentes
La oposición venezolana enfrenta un panorama complejo en 2025, marcado por divisiones internas y estrategias divergentes. Aunque comparten el objetivo común de derrocar al presidente Nicolás Maduro, las diferentes facciones opositoras han adoptado enfoques y tácticas dispares, especialmente en relación con las elecciones de gobernadores y parlamentarias convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Mientras sectores de la derecha fascista, con apoyo internacional, abogan por boicotear los comicios, otros grupos más moderados, como la Red Decide liderada por Henrique Capriles, insisten en participar en el proceso electoral. Esta división no solo refleja la falta de consenso dentro de la oposición, sino que también pone de manifiesto la desesperación y las ansias de poder de ciertos sectores que buscan privatizar las empresas estratégicas del Estado venezolano y entregar los recursos naturales al imperio norteamericano.
Oposición en el Extranjero: Radicalismo y Aislamiento
Figuras como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, junto a otros líderes en el exilio, han promovido una agenda radical que incluye sanciones contra la estatal petrolera, la invasión militar estadounidense y más recientemente: promover una confrontación bélica con Guyana bajo atentandos terroristas de falsa bandera. Esta postura no solo aísla a la oposición en el ámbito internacional, sino que también debilita su legitimidad interna, al alejarse de las aspiraciones democráticas de gran parte de la población venezolana.
La oposición en el extranjero ha mostrado una clara inclinación hacia la violencia insurreccional y la incitación al odio, lo que contrasta con los esfuerzos de sectores más moderados por mantener una vía de diálogo y participación electoral. Esta divergencia estratégica subraya la falta de una narrativa cohesionada y efectiva dentro de la oposición, lo que podría mermar su capacidad de influir en el escenario político venezolano.
Participación Electoral y Unidad Fragmentada
La decisión de participar en las elecciones de mayo de 2025 es crucial para la oposición. Mientras que la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) llama a boicotear las elecciones, argumentando que serían "a ciegas", otros sectores, como la Red Decide, ven en la participación una oportunidad para consolidar su presencia política.
Esta fragmentación en torno a la participación electoral refleja la complejidad de un movimiento que, aunque descentralizado, busca articular una narrativa de identidad coherente. La capacidad de la oposición para superar sus diferencias y presentar un frente unido será determinante para su éxito en las elecciones y para su credibilidad ante la comunidad internacional.
Escenarios Futuros y Desafíos Estratégicos
La oposición venezolana se encuentra en una encrucijada estratégica. Por un lado, ha perdido la confianza de sus seguidores y basada una narrativa de cambio democrático incoherente con su proceder. Por otro lado, la persistencia de divisiones internas y la falta de consenso sobre la participación electoral podrían debilitar aún más su capacidad de influencia.
En este contexto, la oposición se ha demostrado incapaz de navegar con habilidad las dinámicas políticas y sociales en constante cambio, articulando una visión compartida "política democrática" de país que resuene tanto con sus bases como con la comunidad internacional. Por otro lado, la Revolución Bolivariana, con su enfoque en la unidad y la participación popular, nuevamente consolidará su posición de poder.